Espías, hackers, estafador, opositores, periodistas… Quién es quién en el canje de prisioneros entre Rusia y Occidente
Fue el mayor intercambio internacional de prisioneros desde la Guerra Fría.
Rusia y varios países occidentales intercambiaron este jueves, con la colaboración de Turquía, a 26 ciudadanos, incluido el periodista estadounidense de The Wall Street Journal Evan Gershkovich, en el que fue el mayor canje de prisioneros desde la Guerra Fría.
El intercambio se produjo tras años de negociaciones secretas, a pesar de que las relaciones entre Washington y Moscú se encuentran en su peor momento desde la caída de la Unión Soviética a raíz de la invasión a Ucrania iniciada el 24 de febrero de 2022 por orden del presidente Valdimir Putin, que recibió a los prisioneros rusos en el aeropuerto Vnúkovo de Moscú.
El intercambio tuvo lugar en el aeropuerto internacional de Ankara, la capital de Turquía, e involucró a siete aviones diferentes.
Los 26, entre los que se cuentan dos menores, llegaron a Ankara desde Rusia, Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Bielorrusia, en virtud de un acuerdo que, según los servicios de inteligencia turcos, llevó semanas alcanzar.
Diez rusos, incluidos dos menores, fueron intercambiados por 16 occidentales y rusos detenidos en Rusia, indicó la presidencia turca en un comunicado.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) confirmaron que “ocho ciudadanos rusos detenidos en varios países de la OTAN y dos niños” regresaron a Rusia en el marco de ese acuerdo.
La pareja de espías rusos con ciudadanía argentina y que estaba condenada en Eslovenia -María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, por sus nombres en la Argentina, aunque sus verdaderas identidades son Ana Valerievna Dulceva y Artem Viktorovič Dulcev- también formaron parte del intercambio.
El presidente norteamericano, Joe Biden, calificó el pacto de “hazaña diplomática”.
"Algunas de estas mujeres y hombres fueron detenidos injustamente durante años. Todos soportaron un sufrimiento y una incertidumbre inimaginables. Hoy, su calvario terminó”, dijo Biden en un comunicado.
Por su parte, el Kremlin expresó su “agradecimiento a los dirigentes de todos los países que ayudaron a preparar el intercambio”, sin mencionar a ninguno, e indicó que Putin indultó a los prisioneros liberados en el marco del canje.
Entre los liberados que regresarán a Rusia se cuenta Vadim Karsikov, un ciudadano ruso encarcelado en Alemania por el asesinato de un exlíder independentista checheno. El gobierno alemán admitió que aceptar liberar a Krasikov no fue una “decisión fácil”.
La ONG Amnistía Internacional apuntó que el canje es una señal de que Putin “está instrumentalizando claramente la ley para usar a prisioneros políticos como peones de ajedrez”.
Desde hacía varios días se especulaba acerca de la inminencia de un acuerdo, después de que varias personas que estaban detenidas en Rusia fueran trasladadas de sus lugares de reclusión, un hecho inusual.
Este fue el primer canje de prisioneros entre Moscú y Occidente desde la liberación, en diciembre de 2022, de la jugadora de baloncesto estadounidense Brittney Griner, detenida en Rusia por un caso de drogas e intercambiada por el famoso traficante de armas ruso Viktor Bout, encarcelado en Estados Unidos.
En 2010, en un intercambio anterior, 14 espías quedaron libres, entre ellos la rusa Anna Chapman, condenada en Estados Unidos, y Sergei Skripal, un agente doble encarcelado en Rusia.
Desde 1985 y 1986, último período de la Guerra Fría, no han tenido lugar sin embargo intercambios de prisioneros de gran magnitud.
“Alivio”
También regresará a Rusia gracias al pacto el reportero español de origen ruso Pablo González, que estaba detenido en Polonia desde hacía más de dos años por ser sospechoso de espiar para Moscú, anunció su abogado, Gonzalo Boye.
El periodista, nacido en Rusia, trabajaba para el diario Público y la cadena de televisión La Sexta. Fue detenido por los servicios de inteligencia polacos cerca de la frontera con Ucrania, el 28 de febrero de 2022, cuatro días después del inicio de la invasión rusa.
También se beneficiaron del acuerdo el exmarine estadounidense Paul Whelan.
Entre los disidentes liberados se encuentran Vladimir Kara-Murza, un crítico del Kremlin y escritor ganador del Premio Pulitzer sentenciado a 25 años de prisión por cargos de traición que muchos consideraban tenían motivos políticos, 11 presos políticos arrestados en Rusia, entre ellos asociados del fallecido líder de la oposición rusa Alexei Navalny, y un ciudadano alemán detenido en Bielorrusia.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Jake Sullivan, vocero del Departamento de Estado dijo que en las negociaciones que llevaron mucho tiempo, hubo un esfuerzo para que la liberación de Navalny fuera parte del acuerdo. Pero su muerte en febrero arruinó la negociación y el intercambio.
“Si no hubiera tenido a Biden sentado en el Salón Oval, no creo que esto hubiera sucedido”, dice Sullivan.
El disidente ruso Ilya Yashin irá a Alemania con otras once personas, alemanas y rusas, según la administración estadounidense. Entre estos se incluye Rico Krieger, un alemán sentenciado a muerte en Bielorrusia por cargos de espionaje que fue indultado esta semana.
Gershkovich, de 32 años, fue detenido a finales de marzo de 2023 mientras trabajaba en Ekaterimburgo, en los Urales, y condenado en julio de este año a 16 años de cárcel por cargos de espionaje, en un juicio rápido denunciado por Estados Unidos.
Tanto él como su familia, sus allegados y la Casa Blanca aseguran que las acusaciones rusas carecían de todo fundamento. Este jueves, el diario The Wall Street Journal, para el que trabaja Gershkovich, se declaró “lleno de alivio” por su liberación.
En un video publicado por las agencias de noticias estatales rusas, Gershkovich aparece primero en un ómnibus, aparentemente yendo hacia el aeropuerto. En la pista, se lo ve caminando hacia un avión del gobierno ruso con una bolsa negra al hombro y un oficial de seguridad enmascarado sujetándolo del brazo. Dentro del avión, Gershkovich se muestra visiblemente aliviado: mira a sus guardias y sonríe.
“Indignante”
También la ONG Reporteros Sin Fronteras se declaró “inmensamente aliviada” por su puesta en libertad, al tiempo que denunció que “la continua política del gobierno ruso de tomar rehenes es indignante”.
”Los periodistas no son espías y nunca deben ser objeto de ataques con fines políticos”, señaló la ONG en un comunicado.
Washington también trabajó entre bastidores para conseguir la liberación de Whelan, de 54 años y quien además tiene las nacionalidades británica, irlandesa y canadiense. También él fue detenido por presunto espionaje.
Las detenciones de estadounidenses en Rusia aumentaron en los últimos años. Con esta táctica, el Kremlin busca, según Washington, conseguir la liberación de rusos condenados en el extranjero. (Agencias AFP y AP)